Estados Unidos ha implementado un aumento del 25% en los impuestos a los productos importados desde México y Canadá, lo que podría impactar directamente a las empresas locales y a los consumidores de todo el país. La medida afecta a una variedad de productos, incluidos alimentos frescos, electrónicos y bienes de consumo.
En respuesta, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, dijo que su país impondrá aranceles a más de $100,000 millones en productos estadounidenses, mientras que la presidenta de México, Claudia Sheinbaun dijo que “esta decisión afecta a las empresas nacionales, extranjeras y al pueblo, por lo que en los próximos días responderá con medidas arancelarias y no arancelarias.”
El impacto más inmediato se sentirá en los precios de alimentos importados de México, como frutas, verduras y carnes, que probablemente aumenten de precio. “Este incremento en los impuestos afectará a todos, desde los consumidores que verán precios más altos, hasta los comerciantes que se verán obligados a ajustar sus precios para poder cubrir los costos adicionales”, señaló Astrid Gonzalez, propietaria de una tienda de alimentos frescos en Asheville.
El efecto a largo plazo de esta política podría ser una reconfiguración de las cadenas de suministro y un aumento en la competitividad de productos de otras regiones. Sin embargo, algunos expertos señalan que las tensiones diplomáticas podrían intensificarse entre Estados Unidos, México y Canadá, lo que podría afectar aún más las relaciones comerciales. Para, Santiago Niño Becerra, economista español, estas políticas generarán “un enfrentamiento económico”, ya que podrían tener un impacto adverso en el bolsillo de las familias de Estados Unidos.