Imagínate una tarde dorada en los jardines de la Casa Biltmore, en Asheville. La mansión, un imponente ejemplo de arquitectura neogótica, se alza en el horizonte, rodeada por un mar de exuberante vegetación y paisajes que parecen sacados de un cuadro. El sol comienza a bajar, tiñendo el cielo con tonos cálidos de naranja, rosa y dorado.
Unos turistas han decidido disfrutar de un picnic en este entorno idílico, eligiendo un rincón de los jardines, que refleja los últimos rayos de sol, y han extendido una manta de picnic sobre la hierba verde y fresca.
Mientras se acomodan, desenvuelven una variedad de manjares con frutos secos, uvas, aceitunas, quesos artesanales, pan y una selección de vinos. El aire está impregnado con una mezcla de aromas deliciosos, los pájaros trinan creando una atmósfera tranquila y serena.
A medida que el sol comienza a ocultarse tras las montañas cercanas, la luz se suaviza y el cielo se transforma en una paleta de colores en constante cambio. El momento es perfecto para compartir sonrisas, anécdotas de esta gran visita, mientas que el cielo se oscurece gradualmente, y las primeras estrellas comienzan a aparecer, añadiendo un toque de magia a la velada.