Zacahuil, un emblema gastronómico de la cultura huasteca con una leyenda intrigante.

De acuerdo con los relatos de la época prehispánica, mismos que fueron transmitidos por cronistas, las comunidades que habitaban diversas regiones de México encontraron una forma de organizarse y distribuir jerárquicamente los cargos y las responsabilidades, así como estructurar un sistema de justicia para mantener un orden social.

Se dice que en 1468 había un hombre de edad avanzada que era el enviado de Moctezuma a recaudar el tributo entre los pueblos, pero aprovechando su poder abusó de jóvenes vírgenes de aquella época.

Cuando los mexicas fueron derrotados por los tarascos y se enteraron de los actos que realizaba, tomaron prisionero al mayordomo de Tenochtitlán para efectuar su venganza ¿cuál? Decidieron matarlo y desollarlo para usar su carne en un enorme tamal ceremonial que más tarde fue comido por las víctimas.

El sacrificio se repetiría y se aplicaría constantemente en violadores y acosadores, mismos que eran cocinados en este tamal gigante, en medio de una ceremonia, para más tarde ser consumido por los habitantes de su comunidad.

Este castigo, que desapareció con la llegada de los frailes españoles (quienes se horrorizaron por el acto de canibalismo), recibió el nombre de Zacaguil, mismo que con el paso del tiempo cambió la carne humana por la de animales.

Este platillo, que consiste en un tamal gigante, es emblemático de la cultura huasteca y encierra una leyenda que pocos conocen.

No cabe duda que la cocina huasteca cuenta con platillos de mucha tradición, historia e importancia culinaria, pero sin lugar a dudas uno que llama mucho la atención es el zacahuil, un emblema gastronómico que no solo destaca por su sabor, sino por la historia que hay detrás de él.

¿QUÉ ES EL ZACAHUIL?

El Zacahuil es un tamal de gran tamaño, preparado con masa de maíz martajada y manteca de cerdo, que lleva carne de puerco, pollo o guajolote, salsa de chile chino, chile cascabel y especias; todo se mezcla con la masa y en ella se colocan grandes trozos de carne de ambos animales y se envuelve en varias capas de hojas de plátano, para finalmente ser cocido en horno de leña o texcal.

Con el paso del tiempo, el Zacahuil se convirtió en una tradición de los huastecos que, con la desaparición de la carne humana como elemento principal, se le fueron agregando una serie de condimentos hasta llegar a la comida irresistible que hoy en día se conoce.

Este platillo es indispensable entre las familias huastecas, pues en todo momento se hacía presente, no había celebración sin él, de hecho, actualmente es una receta que no puede faltar en bautizos, primeras comuniones, bodas, cumpleaños y hasta velorios, además de en todas las fiestas tradicionales.

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