Hoy en día no se sabe con exactitud el origen al 100%, sin embargo, lo más acertado es que desde antes de la conquista nuestros antepasados ya tenían un sistema para hilar y tejer.
Además, una teoría apunta a que en Tlaxcala se iniciaron los primeros intentos de sarape, durante un viaje, un grupo de españoles llevo consigo a un grupo de tlaxcaltecas hasta Coahuila.
Con el uso de recursos del desierto, los tlaxcaltecas empezaron a fabricar los primeros Sarapes, que, a diferencia de los actuales, eran de un hilo mas delgado, debido al clima de la zona.
Los diseños actualmente son variados y coloridos, originalmente el diseño principal lleva un diamante.
En la época de La Colonia, regalar un sarape era algo que sólo la élite podía darse el lujo.
Se dice que aquellos que portaban un sarape con un diamante en él, eran personas especiales por el Virrey, a través del tiempo siguió siendo considerado como un objeto de valor.
Algunos presidentes llegaron a regalar sarapes a mandatarios de otros países como símbolo mexicano, el mismo Maximiliano de Habsburgo fue fusilado con uno.
Hoy en día esta hermosa artesanía mexicana ha tenido variantes en su diseño lo cual no demerita su valor, ha evolucionado para adaptarse a las tendencias.
La puedes encontrar más larga a su medida estándar, con abertura en el centro tipo poncho, con hilos metálicos, y otras variantes.
Aunque los mayores representantes y distribuidores de sarapes se encuentran en Saltillo, Coahuila, la Feria Nacional de la Artesanía no se lleva a cabo en esa ciudad.
La Feria Nacional del Sarape se lleva a cabo a finales de julio y principios de agosto en el municipio de Chiautempan en Tlaxcala.
Cada año toma lugar esta feria donde también festejan a Nuestra Señora de Santa Ana, en la celebración, asisten expositores de sarape, espectáculos de rodeo, corridas de toros, y variadas actividades culturales y deportivas.