Si bien su figura y algunos atributos variaron con el paso del tiempo, el dios viejo, señor del fuego y del año, Huehuetéotl-Xiuhtecuhtli, estuvo siempre presente en el Centro de México desde tiempos muy remotos hasta el Pos clásico.
Varios siglos más tarde vemos al dios presente entre los mexicas.
Una transformación tanto en los atributos como en la figura misma, el dios representa mayoritariamente su asociación con aspectos de la vida cotidiana, como lo señala Sahagún.
Este dios del fuego llamado Xiuhtecuhtli tiene también otros dos nombres, el uno es Ixcozauhqui, que quiere decir cariamarillo, y el otro es Cuezaltzin, que quiere decir llama de fuego.