Existen tantos mitos en torno al cara de niño que a muchos les causa temor, sin embargo, es un insecto inofensivo, pues no es venenoso.
Seguramente has visto o escuchado alguna vez sobre este animalito, sobre él se inventan tantas historias, que para mucha gente es abominable, si bien su aspecto puede no ser el más adorable, lo cierto es que el cara de niño no representa ninguna amenaza letal.
El cara de niño o grillo de Jerusalén como también suele llamársele es un insecto que pertenece a la familia de los Stenopelmatidae, de tal modo que no es un grillo, sino un insecto del género Stenopelmatus, tampoco proviene de Jerusalén, es una especie endémica del oeste de Estados Unidos y de la costa del Pacífico y el centro de México.
Este insecto comúnmente vive en los jardines y jardineras, su aspecto es similar al de un grillo o una hormiga gigante, es de color marrón y tiene franjas oscuras en la panza, mucha gente los mata, pues cree que son venosos, sin embargo, no producen ningún tipo de veneno.
Al no tener aguijón, no pueden picar, no obstante, como se alimentan de raíces y tubérculos han desarrollado mandíbulas fuertes, por lo que si te llegan a morder puede ser doloroso, pero no grave así que si te encuentras con uno, sólo déjalo seguir su camino.
Debido a la forma de su cara, perfectamente ovalada, y a sus ojos que sobresalen es que se le compara con el rostro de un bebé, sobre todo si se mira boca arriba, por esta razón se le llama cara de niño y quizá por lo mismo es que resulta tétrico, pues la fusión entre un insecto y cualquier rasgo humano siempre provoca horror.