La fibrosis quística afecta a las células que producen moco, sudor y jugos digestivos, estos líquidos secretados son normalmente ligeros y resbaladizos, pero en las personas con fibrosis quística, un gen defectuoso hace que las secreciones se vuelven pegajosas y espesas, en lugar de actuar como lubricantes, las secreciones tapan los tubos, conductos y pasajes, especialmente en los pulmones y el páncreas.
La mucosidad espesa y pegajosa asociada con la fibrosis quística obstruye los conductos que transportan el aire hacia el interior y el exterior de los pulmones. Esto puede causar signos y síntomas como los siguientes, tos persistente que produce moco espeso, sibilancia, intolerancia al ejercicio, infecciones pulmonares recurrentes, fosas nasales inflamadas o congestión nasal, sinusitis recurrente.
Estos tipos de síntomas son los más comunes.