¿Sabías de la existencia de la pirámide de El Cerrito, cuya cima posee un esplendoroso edificio colonial? Descubre este sitio arqueológico en Querétaro.
Dónde está la zona arqueológica El Cerrito
Se encuentra ubicada en el municipio de Corregidora en Querétaro, a 7 kilómetros de la capital del estado.
Su basamento piramidal alcanza los 40 metros de altura, dimensión semejante a la de la Pirámide la Luna en Teotihuacán, a esta estructura se suman las plazas de la Danza y de las Esculturas, el Altar de Cráneos y el Palacio de los Cuatro Altares.
Historia de El Cerrito o Pirámide de El Pueblito.
A lo largo de la historia, la zona arqueológica El Cerrito ha recibido distintos nombres. Durante el siglo XVIII fue bautizado como Cerro Pelón, ya que su estructura principal parece una formación natural desde lejos, también se le conoce como Pirámide del Pueblito, por encontrarse próxima a la población homónima.
En la época prehispánica, El Cerrito fue un centro religioso y político que fue venerado por culturas locales, además de teotihuacanos, toltecas, chichimecas, otomíes y tarascos, las tierras alrededor de El Cerrito son ampliamente fértiles, además de que tienen fácil acceso al agua, debido a ello, esta región floreció como potencia agrícola, cuya red comercial llegó hasta Guatemala.
De acuerdo con las investigaciones, el actual estado de Querétaro fungió como frontera de distintos pueblos originarios antes de la colonización, en dicho territorio confluían poblaciones sedentarias y nómadas.
Según los vestigios arqueológicos encontrados, la región fue habitada desde hace 2,500 años, los primeros asentamientos fueron en Chupícuaro, a los márgenes del río Lerma, luego en San Juan del Río y en Querétaro, dichas civilizaciones preclásicas fueron la base cultural de las que posteriormente se desarrollaron en el centro de México, incluida la mexica.
Declive del centro ceremonial
Durante su auge (900 a 1200 d.C.), la civilización de Chupícuaro fungió como cabecera económica y política, siendo contemporánea de Tula y Teotihuacán, posteriormente, El Cerrito se transformó en un centro ceremonial, donde se realizaba rituales de empoderamiento para los guerreros y grandes señores, en su parte exterior, se depositaron una gran cantidad de cráneos, formando un tzompantli de lo que se piensa, fueron guerreros de élite.
Finalmente, para el 1200 d.C. los toltecas abandonaron la región, sin embargo, continuó siendo un sitio de veneración de diversas etnias indígenas hasta el siglo XVII, aunque El Cerrito jamás recuperó su esplendor, diversos grupos acudían a honrar a una deidad femenina, probablemente la Madre de los Dioses, para concluir los rituales no cristianos, en 1632 la Orden Franciscana colocó una imagen de la Virgen María dentro del recinto.
El Fortín, edificio moderno en la cima
En 1887, la Pirámide del Pueblito se modificó para hacer una construcción ecléctica, a dicho edificio se le conoce como El Fortín.
Durante mucho tiempo, este sitio arqueológico permaneció abandonado, las cuatro caras de sus paredes estaban llenas de maleza y arbusto, debido a ello su nombre, a partir de 2019 el INAH ha avanzado en el proceso de su conservación y actualmente se protegen las estructuras para evitar su erosión, cabe destacar que el descubrimiento de la estructura central es de origen reciente (1941), por lo cual el proceso de recuperación de terrenos y excavación ha sido paulatino.