Se dice que antes de la llegada de los españoles, los habitantes del norte de México comían este alimento, elaborándolo generalmente de carne seca de venado, la carne secada al sol es una técnica de conservación de alimentos, por lo que es suficiente para que se mantenga en buen estado, los indígenas acostumbraban llevar consigo rollos de esta carne como provisión en sus viajes, y después la comían tal cual, estas tribus acostumbraban recolectar huevos de codorniz mismos que adicionaron a la carne de venado seca ya machacada con piedras previamente.
Una de las leyendas del origen de este platillo indican que en el Siglo XVII en el norte de México las principales actividades económicas eran la minería y la ganadería, la historia cuenta que los mineros, cansados de comer la carne seca sola encargaron a una cocinera variar la rutina, por lo que ella decidió combinar la carne seca con chiles, cebolla, tomates y huevos, dando origen a la receta como se conoce hasta ahora.
Otra de las historias atribuye su origen al año 1928 en el municipio de Ciénega de Flores en el estado de Nuevo León, de acuerdo con la leyenda, en esa zona Doña Fidencia Quiroga apodada Tía Lencha tenía un pequeño restaurante llamado Merendero Quiroga, al tratar de sacar adelante su negocio y ofrecer nuevos alimentos a los ingenieros y constructores de la carretera libre a Laredo comenzó a implementar la carne seca ya que era de fácil conservación.
Comenzó a guisarla con manteca de puerco, chile, tomate, cebolla y huevos, dando como resultado el platillo que se conoce ahora, este platillo comenzó a hacerse famoso entre los habitantes y trabajadores de la zona al ser un almuerzo completo rico en proteínas y vitaminas, se dice que con el paso de los años la fama de este platillo aumentó de nivel y se extendió por todo el estado de Nuevo León y el norte de México.
Es un platillo abundante y nutritivo, rico en proteínas. Es considerado en todo el norte de México como uno de los principales platos de la cocina tradicional como Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila, existen variaciones de este plato gastronómico en los estados de Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Baja California, Baja California Sur y Durango al norte de México.