Las casas de adobe en México, un patrimonio cultural en peligro de extinción

Hasta hace unos años los paisajes mexicanos eran impensables sin las casas de adobe hoy son un patrimonio en peligro de extinción.

La forma y materiales de construcción de cada cultura dependen en gran medida de los elementos oriundos de la región en la que se asientan. De acuerdo con Manuel Rodríguez V, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, en todas las etapas de la historia de México se ha utilizado tierra cruda como material de construcción, las cuales incluyeron el uso del adobe.

El adobe, cuyo nombre proviene de la voz árabe al-tub, es un ladrillo crudo que se mezcla con hojas y paja para darle consistencia y que posteriormente se seca al sol, su uso se extiende por todo el mundo, pues la tierra cruda es uno de los materiales de construcción al alcance de casi cualquier persona. 

Tanto en el hemisferio occidental como oriental, existen vestigios de larga data que constatan el uso del adobe, en Perú la ciudad de Chan Chan demuestra su uso precolombino, pues fue construida entre los siglos 1200-1480 y es la segunda más grande del mundo erigida con dicho material.

Entre las grandes ventajas de la construcción con adobe se encuentra su inercia térmica que le permite absorber el calor durante el día y su expulsión durante las noches, en los climas tropicales puede no ser tan resistente, ya que absorbe la humedad y se generan daños en las estructuras, para evitar que los muros se dañen por la absorción de agua se debe cuidar meticulosamente el tejado.

Las principales ventajas del adobe son las siguientes, bajo costo, yuda a realizar formas suaves y redondeadas, permite un bajo consumo energético por sus cualidades aislantes, resulta fácil de modificar en futuras reformas de muros y muy versátil para las instalaciones de tuberías y red eléctrica, no deja entrar los ruidos externos, material sustentable que permite la economía circular.

Como consecuencia, se ha devaluado el valor cultural de esta técnica de construcción, se han perdido innumerables edificios patrimonio y se han reemplazado los materiales de construcción por algunos que son incompatibles ecológicamente, existen casos de rescate y protección de estructuras construidas con adobe, como lo es el caso de Paquimé en Chihuahua, ciudad que fue inscrita en la lista de Patrimonio Mundial por la Unesco, pero que lamentablemente no incluyó la zona periférica. 

Otros ejemplos que retrata la problemática de protección acotada es el de la ruta de los Primeros Monasterios del Siglo XVI, sobre las laderas del Popocatépetl o la ciudad fantasma de Mineral de Pozos en Guanajuato. 

Es decir, la principal problemática es que el adobe tanto en su uso como en las edificaciones no está siendo protegido por sí mismo.

Por supuesto, Paquimé y sus edificios de adobe no son un excepción en México, ya que existen numerosas zonas donde los edificios de adobe aún permanecen en pie, incluyendo la Ciudad de México.

Dichas construcciones, no sólo siguen siendo la morada de miles de personas, también es parte del imaginario colectivo de los pueblos y la historia de México.

Como poesía edificada, las casas de adobe nos llevan a paisajes de todas las épocas de México, poesía que revive la vida familiar, tan entrañable para los mexicanos.