Las primeras funciones de lucha libre en México suceden a mediados del siglo XIX durante la época de intervención francesa como exhibiciones extranjeras. 

Es más adelante, en 1863, cuando Enrique Ugartechea se da a conocer como el primer luchador mexicano y crea las bases de lo que sería la lucha libre mexicana.

La lucha libre profesional es un deporte en forma de performance que combina disciplinas de combate y artes escénicas, basándose en ellas para representar combates cuerpo a cuerpo, por lo general con historias y rivalidades que enfrentan a los heel o rudos y a los face o técnicos, siendo los primeros quienes representan al villano/a, y los segundos al héroe/heroína.

Quienes escriben las rivalidades y planean los combates son denominados bookers, y a pesar de ser los que desarrollan prácticamente todo el show, la coreografía de combate no es hecha por ellos, sino por los mismos luchadores.

Sus orígenes datan de los carnavales y music halls del siglo XIX, en los que tenían lugar demostraciones de forma física y fuerza. 

La lucha libre profesional moderna usualmente posee rasgos de agarre y acrobacias aéreas, así como varios estilos de artes marciales.

 Durante la mayor parte del siglo, los promotores y participantes de la lucha libre argumentaban que la competición era completamente real.

La lucha libre profesional es especialmente famosa en Japón, Estados Unidos y México.

Desde su florecimiento en estos países, la lucha libre ha evolucionado de forma diferente en cada uno de ellos, creándose disciplinas análogas, llamadas puroresu en Japón y lucha libre mexicana en México.