El primero de muchos pasos que lleva todo el proceso de la elaboración de los alebrijes, en la Ciudad de México son varias las familias dedicadas al arte de la cartonería y el trabajo del papel maché para hacer máscaras, piñatas, los famosos judas y los Alebrijes.
Esta práctica se basa en el modelado del papel que puede ser cartón o periódico, la técnica decorativa es tan antigua que sus orígenes datan de las culturas China, India y Persa, en donde la pasta de papel se utilizó como arte en objetos decorativos.
El maché es un término que proviene de la expresión francesa papier mâché y significa papel masticado o machacado.
Los Alebrijes son una variación de la cartonería y es una artesanía inventada por Pedro Linares en 1936 en la Ciudad de México, Linares comenzó como un artista cartonero.
Vivía en el centro de la ciudad atrás de los mercados de la Merced y Sonora, él y su familia fabricaban máscaras, piñatas y muñecos para las festividades locales.
Los alebrijes son representaciones de seres imaginarios, irreales, mágicos conformados de elementos de varios animales en uno sólo, como en la mitología.
Los tenemos en diferentes colores y formas, alebrijes siempre hay un montón, pues nuestra imaginación es inmensa.
Así que podrás encontrar un pez con patas de garza, cola de iguana y garras, un cocodrilo con alas de una libélula, patas de rana y cuernos, qué tal un colibrí con cerdas de puerco espín, cuerpo de flamenco y colmillos.
Así es la imaginación divertida, el ingenio permite que cada pieza sea diferente y, por lo tanto, te lleves a casa una obra de arte manual e irrepetible.
Al trabajarlos en cartón o papel, los artesanos utilizan engrudo y forman las piezas, para darle una buena estructura utilizan alambre o carrizo.
Después las piezas se dejan al sol para lograr un buen secado, se arman, se pintan y se decoran, una pieza puede tardar hasta 8 semanas de elaboración.
En el caso de los alebrijes de madera es un cuidado diferente ya que una vez moldeada, se lija por hasta 24 horas y a la pieza se le da un baño de gasolina para evitar apolillamiento.
Se deja hasta seis meses para un perfecto secado y después se decora, es un trabajo que puede tomar hasta 8 meses para ver el resultado, todo depende del tamaño y el diseño.
En ambos casos el decorado a pesar de que es el último paso, es el más importante ya que aquí destaca la imaginación del artista y con la ayuda de colores brillantes y un pincel.
Se viste al Alebrije de detalles como estrellas, líneas, ojos, flores, puntos, caracoles, escamas y demás elementos que de acuerdo a los zapotecos, son símbolos de amistad.