La psoriasis es una enfermedad crónica que causa inflamación y descamación de la piel, produciendo parches, enrojecimiento, escamas, picor, dolor, calentamiento, coloración e hinchazón. Puede afectar cualquier área del cuerpo, aunque es frecuente en las rodillas, codos, espalda, brazos, piernas y cuero cabelludo.
Las investigaciones realizadas han encontrado que este padecimiento tiene mucha relación con el componente genético, que, combinados con estrés y medio ambiente, hacen posible su desarrollo, por eso deducen que puede ser de tipo hereditario.
Debido a la visibilidad de los síntomas, las personas tienden a creer que puede ser contagiosa y los afectados suelen sentir vergüenza y en muchos casos se aíslan, provocando en ellos daños psicológicos y sociales. De hecho, ha sido reconocida por la Organización Mundial de la Salud como una enfermedad grave que requiere de mayor concienciación.
Aunque no es curable, es posible reducir los síntomas y brotes con tratamientos tópicos, luz ultravioleta, fototerapia u otros medicamentos o tratamientos recomendados por el especialista.