Las tradiciones mexicanas son sagradas y en la mayoría de los hogares se siguen al pie de la letra, pasando de generación en generación.
Las fiestas en México son famosas a nivel mundial, fascinando tanto a locales como a extranjeros y diciembre es un mes que tiene todo para celebrar en grande, en épocas navideñas las fiestas se llaman posadas y tienen una manera muy particular de celebrarse.
Posadas navideñas, una tradición en México:
En México, las fiestas siempre se han celebrado en grande y las posadas son la oportunidad perfecta para unir a la familia y amigos cercanos, las posadas, como tradición mexicana, tienen su origen en la historia católica del nacimiento de Jesús, cuando sus padres, José y María, llegaron a Belén para cumplir con los mandatos del rey, sin saber que ahí nacería el hijo de Dios.
La historia cuenta que pidieron asilo en el mesón de Belén, pero fueron rechazados. Humildemente pidieron refugio en otras casas, pero también se les negó, hasta que llegaron al establo donde finalmente nació Jesús, para Nochebuena.
Las posadas comienzan 9 días antes de Navidad y son una interpretación del peregrinar de José y María a cargo de ni más ni menos que los invitados a la fiesta, se forman en dos grupos: unos serán los peregrinos y los otros quienes les contestan.
Las canciones y letanías que forman parte de la interpretación son de índole religioso y se encuentran en un compilado especial que todos deben tener, tradicionalmente, se debe interpretar el papel de José y María, para que después de recibir posada, comience la pastorela.
La pastorela como tradición mexicana navideña:
La pastorela es una puesta en escena que relata los problemas que pasaron José y María hasta llegar a su destino en Belén, tradicionalmente, la pastorela es una obra con mucha música y cantos en verso y rima, las pastorelas en México tienen su origen en los misioneros franciscanos de la época de la Conquista, quienes aprovecharon la dramaturgia de la cultura náhuatl para convertirla en tradición para los recién convertidos al catolicismo.
¿De qué se trata la pastorela?
Si bien es la historia del nacimiento de Jesucristo, la pastorela no tiene al hijo de Dios como personaje principal, la pastorela se concentra en el viaje que hacen los pastores para visitar al niño Jesús desde sus lugares de origen.
Por lo general, cuentan con la ayuda de uno o varios ángeles, quienes desde lejos (y a veces muy de cerca) les hacen compañía y los protegen, ¿De qué los cuidan? Pues si hay ángeles, también hay demonios, estos son el grupo decidido a estropear el viaje de los pastores para que no lleguen a tiempo.
En el trayecto, la personalidad chusca e inocente de los pastores hace que caigan en las tentaciones de los demonios, pero por obra y gracia de los ángeles, logran salir bien librados.
Ahora sí: ¡a romper la piñata!
Las pastorelas son parte importante de las posadas, tradiciones mexicanas que llegaron con los españoles, quienes aprovecharon que en el mundo prehispánico se festejaba el nacimiento de Huitzilopochtli durante la época invernal para cambiarlo por Jesús.
La piñata de Navidad original, de las tradiciones mexicanas más antiguas:
En tiempos modernos, las piñatas tienen la forma de personajes populares y están hechas de papel o cartón, pero las que se rompen para festejar nuestras tradiciones mexicanas son muy diferentes.
Las piñatas que se rompen en las posadas son artesanías hechas de barro sobre una estructura de alambre y adornadas con papel maché de colores.
Las piñatas existen en México desde la época prehispánica en la cultura azteca, las frutas con las que hasta el día de hoy se rellenan para las posadas representaban los favores de los dioses y la abundancia de la que gozaban.
Con la llegada de los españoles, a las piñatas se le añadieron siete picos que representan los siete pecados capitales, que con sus colores atraen a las almas inocentes.
Las piñatas se rompen con los ojos vendados, lo que representa la fe y al romperse, dejan caer los dulces que representan la gracia de Dios por fin alcanzada tras vencer al mal.
La historia del rompope, bebida predilecta para una pastorela perfecta:
Cuenta la leyenda que en Puebla de los Ángeles las monjas clarisas eran las mejores anfitrionas de la época y que preparaban comida deliciosa, así como bebidas del nuevo mundo.
Una monja de nombre Eduviges había aprendido a hacer el rompope desde mucho antes de convertirse en monja, bebida que estaba prohibida por contener alcohol.
El rompope estaba reservado para la élite, pero después de convencer al obispo diciéndole que “una copita al día no hace daño”, pasó a ser la bebida más famosa del convento de Santa Clara.
Actualmente, el rompope se puede preparar en casa y existen presentaciones con y sin alcohol.