En términos sencillos, la cirrosis es la presencia de cicatrices en el hígado, cada vez que un órgano se lesiona, intenta repararlo por sus propios medios, cuando esto ocurre, se forma tejido cicatricial, a medida que se forma más tejido cicatricial en el hígado, este tiene más problemas para funcionar.
Para esto tiene síntomas que son coloración amarillenta de la piel por la incapacidad del hígado de eliminar la bilirrubina de la sangre, cambios en la piel, dilataciones vasculares, sobre todo en mejillas, tronco y brazos y se puede aparecer enrojecimiento de las palmas de las manos y pulpejos de los dedos.