No hay mayor placer en la vida que despertar para tener un desayuno abundante que agasaje nuestros corazones, cualquier guerrerense puede ser testigo de ésto cada domingo, donde le rinden un homenaje especial con las tradicionales tortas de relleno cuche.
No es algo que vas a encontrar en restaurantes de alta cocina, es más bien un secreto a voces que se originó en Tecpan y satisface a los acapulqueños y a toda la costa del estado.
Este estado tiene la bonita tradición de desayunar un bolillo relleno de una magistral preparación: lechón cocinado lentamente con zanahoria, papa, tomate, chile guajillo, pasas y piña, por mencionar sólo algunos ingredientes.
Uno de los secretos es el barro, el cerdo que originalmente se hornea entero y debe tener menos de seis meses de edad ya que quedó estofado, se cocina en una cazuela por un periodo de 12 horas para que desprenda la grasa y se combine con el resto de la guarnición aromática que impregna la carne y le dará sabor.
Otra clave para una buena torta de relleno cuche es sin duda el pan, la costa guerrerense tiene mucha humedad y prepararlo es algo complicado, sin embargo, para cada domingo ya se dominó la técnica.
No es un bolillo cualquiera, está horneado en leña, lo que le da un aroma y una textura completamente distintas.
Otra curiosidad es que éste no se rebana para rellenar, sino que se hace un orificio en la hendidura, se le quita el migajón y dejando una sola pieza se sirve relleno del cerdito que para las cinco de la mañana debe estar listo y entambado para venderse.