El Monumento a la Revolución es una obra arquitectónica y un mausoleo dedicado a la conmemoración de la Revolución mexicana, es obra del arquitecto Carlos Obregón Santacilia, quien tomó la estructura de la Sala de los Pasos Perdidos del malogrado Palacio Legislativo Federal del arquitecto francés Émile Bénard para edificar el monumento, concluido en 1938.
Actualmente es uno de los más simbólicos en la Ciudad de México, y forma parte de un conjunto integrado por el propio monumento, la Plaza de la República y el Museo Nacional de la Revolución.
Se localiza en la Colonia Tabacalera de la alcaldía Cuauhtémoc, cerca del Centro Histórico de la Ciudad de México.
En 1897, el presidente Porfirio Díaz lanzó una convocatoria para la construcción de un Palacio Legislativo, mismo que albergaría además de las cámaras de senadores y diputados, dependencias de gobierno y oficinas.
No resultó ganador del primer lugar ninguno de los participantes, y tras abundantes escándalos y conflictos por dicho concurso, el gobierno del presidente Díaz designó al arquitecto francés Émile Bénard como el encargado de diseñar y edificar un fastuoso recinto para los diputados y senadores, más este arquitecto nunca vio su sueño materializado, ya que la obra fue cancelada tras el derrocamiento de Díaz por la Guerra de la Revolución Mexicana.