La intersección de raza, etnicidad y salud en las comunidades afrolatinas

María Solís Belizaire sabe que en su familia las enfermedades cardíacas y otras afecciones cardiovasculares son hereditarias. Su padre sobrevivió un ataque cardíaco antes de llegar a los 40 años, cuando ella era una adolescente, y sus dos abuelas tuvieron múltiples cirugías cardíacas.

El historial de salud familiar de Solís es una de las razones por las que comenzó a correr. En el 2016, organizó una comunidad de corredores latinos en Nueva York que incluye a los de raíces afrolatinas, como ella. La comunidad creció y ahora tiene miles de miembros que corren juntos para mejorar su salud física y mental.

“Para muchas personas, correr es una forma de enfrentar la depresión u otros problemas de salud que las obligaron a hacer algo”, dijo Solís, de madre puertorriqueña y padre de origen beliceño y mexicano. “Para mí, forma parte de intentar tener un corazón sano”.

Las disparidades de la salud entre la gente hispana, que representan cerca del 20% de la población de Estados Unidos, están bien documentadas. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la población hispana tiene tasas desproporcionadamente altas de muertes debido a diabetes y una mayor prevalencia de obesidad y presión arterial alta no controlada, todo lo cual contribuye a las enfermedades cardíacas.

Pero la limitada investigación existente también ha encontrado disparidades para una creciente parte de la población que se identifica como afrolatina –personas de raza negra con raíces culturales en América Latina y el Caribe. Un estudio publicado en la revista Journal of Immigrant and Minority Health en el 2007 encontró que las personas afrolatinas tienen más probabilidades de informar salud regular o mala que la gente hispana de raza blanca. Otras investigaciones muestran que las personas afrolatinas podrían tener tasas de presión arterial alta y diabetes ligeramente más altas que las de los hispanos blancos.

Todavía se requiere amplia investigación para entender la salud de las personas afrolatinas como una población única, dijo la Dra. Katia Bravo-Jaimes, cardióloga de congénitos adultos en la Mayo Clinic en Jacksonville, Florida. La investigación muy a menudo se ha enfocado en la población hispana como un grupo homogéneo, lo cual puede ocultar disparidades de salud entre los subgrupos.

“El principal problema que tenemos cuando encontramos estudios de riesgo de enfermedad cardiovascular en diferentes poblaciones es que a todas las personas se les agrupa juntas”, dentro de la población hispana general, dijo ella. “Y la realidad es que los hispanos constituyen una categoría muy amplia porque la etnicidad se basa en la cultura, los valores y el idioma que esas personas comparten, mientras que la raza se basa mucho más en rasgos físicos que guardan relación con el ancestro”.

Casi 1.2 millones de personas en Estados Unidos se identificaron como hispanas negras en el Censo del 2020, que fue la primera vez que se contó a los “afrolatinos”. Pero una encuesta del Pew Research Center encontró que en realidad la cifra estimada de adultos que se identificaban como afrolatinos en el 2020 alcanzaba los 6 millones.

Aunque la investigación ha encontrado una mortalidad más alta entre las personas afrolatinas que entre la gente hispana blanca, las causas de esta desigualdad siguen sin estudiarse, dijo el Dr. Adolfo Cuevas, profesor adjunto en la Facultad de Salud Pública Global en New York University, en la ciudad de Nueva York. Cuevas fue el autor principal de una revisión de investigaciones sobre la intersección de la salud y la raza dentro de la población latina, que se publicó en el 2016 en la revista American Journal of Public Health.

“Llegamos tan lejos como nos permitieron esos motores de búsqueda científicos para identificar artículos científicos que examinaban la raza o el tono de la piel dentro de la población latina en relación con la salud”, dijo Cuevas, quien se identifica como afrolatino con raíces en la República Dominicana. “Y nos sorprendió que fueran tan pocos los artículos científicos que se enfocaban en el tono de la piel y la raza dentro de la población latina, a pesar de que ese es uno de los aspectos más importantes de las experiencias vividas por los latinos”.

En una encuesta del 2019 de Pew entre adultos hispanos, alrededor del 64% de los encuestados con piel más oscura informó que había experimentado discriminación, o había sido tratado injustamente, en comparación aproximadamente la mitad de los encuestados con piel más clara. A esta forma de discriminación se le denomina colorismo.

El estrés que ocasiona recibir un trato diferente debido a la raza y la etnicidad puede tener una repercusión negativa sobre la salud, dijo Cuevas. Experimentar discriminación puede aumentar la probabilidad de morir, en particular debido a causas cardiovasculares, según un estudio del 2023 en la revista Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes de la American Heart Association.

“El racismo y el colorismo afectan las oportunidades en la vida para los afrolatinos y, a la larga, su salud”, dijo Cuevas. “Por ejemplo, a pesar de tener niveles educacionales más altos en comparación con los latinos blancos, tienen mayores tasas de desempleo y menores ingresos.”

Cuevas dijo que las disparidades en la salud tal vez sean más prevalentes entre la gente afrolatina porque ellos experimentan desigualdades que guardan relación tanto con su raza como con su etnicidad.

En su análisis, Cuevas y sus colegas encontraron que las disparidades en la salud entre las personas afrolatinas en comparación con la gente hispana de raza blanca “parecían casi exactamente iguales” a las disparidades observadas entre la gente de raza negra no hispana en comparación con las personas blancas. “La salud materna y la salud infantil de los afrolatinos es deficiente, e incluso la salud de los niños y los adultos es mucho más mala”, dijo Cuevas.

Un estudio del 2020 en la revista Journal of Immigrant and Minority Health encontró que, al comparárseles con personas blancas no hispanas, las personas hispanas negras tenían un mayor riesgo de hospitalización y muerte que los hispanos blancos.

Cuevas dijo que su investigación actual enfatiza la necesidad de mejorar los estudios que examinen las desigualdades raciales presentes en diversos aspectos de la salud.

“Tenemos que recolectar mejores datos, especialmente si estamos enfocándonos en la salud de los latinos, para así capturar toda la multidimensionalidad de lo que es la raza”, dijo él. “Eso nos permitirá entender mejor el perfil de salud de los latinos”.

Solís dijo que es importante que los afrolatinos como ella tengan en cuenta “la mezcla única de elementos genéticos y culturales” que juegan un papel en la vulnerabilidad ante las enfermedades cardíacas.

“Entender estos factores y promover la concientización dentro de nuestra comunidad es esencial para la prevención y la atención”, dijo ella.

Por Lourdes Medrano, American Heart Association News

American Heart Association

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