Cardúmenes de miles de mantarrayas doradas migran desde Florida a Yucatán cada año intentando evitar a los tiburones ballenas y llegar a las acogedoras aguas peninsulares.
Esta mantarraya (Rhinoptera steindachneri), también conocida por el más prosaico nombre de mantarraya de nariz de vaca, llega a medir más de 2 metros, cuenta con un peligroso veneno (aunque es generalmente poco ofensiva) y migra en grupos de cerca de 10 mil.
La superficie del agua está cubierta por diferentes tonos cálidos de oro y se veía como una cama de hojas de otoño gentilmente mecidas por el viento.