El menyul se ha hecho aún más famoso debido a que las novias, después de la iglesia, pasan por uno para relajarse e irse a celebrar.
Esta espirituosa combinación de ingredientes y licores (su nombre viene del mint julep en francés), llegó de Europa a la ciudad de Puebla con el legendario cantinero español Pedro Chicote. Éste le enseñó la receta a don Pedro Montesinos, quien abrió la cantina en la calle 16 de septiembre (entre 13 y 15 Oriente) y le llamó La Ópera.
La cantina que es ya una leyenda
Desde hace más de 80 años La Ópera es la cantina, en el Centro Histórico de Puebla, que todo viajero debe pisar para, obviamente, probar al menos un menyul, mezclado por su descendiente Manolo Montesinos Cruz y don Juanito Zárate, su cantinero experto, quien por cierto, por nada del mundo te dice todos los ingredientes que ocupa, que son ¡al menos ocho!.
le ponía amargo de angostura, ron, jerez -El Tío Pepe-, whisky, y algunos más, una locura. No pueden faltar el azúcar, algunas hojas martajadas de hierbabuena y trozos de naranja.
En fin, el menyul es sumamente fresco, con un perfume evocador y delicioso. Al probar dos, les dimos la razón a todas esas inteligentes novias de las que hablamos al principio de esta historia: es relajante, pero te deja de muy buen humor.
Se sirve en un vaso corto (old fashion) y mucho hielo.
También lo preparan en la ciudad veracruzana de Córdoba, de donde muchos rezan es originario y además lo venden embotellado.
En el Diccionario Larousse de la Cocina mencionan que lo hacen en Córdoba y en Huautla de Jiménez, Oaxaca; pero con muchos menos ingredientes.
Otro ingrediente que mencionan es el aguardiente de caña, especialmente común en las áreas veracruzanas y oaxaqueñas donde se cultiva la caña de azúcar.