La depresión mayor tiene un origen más biológico o endógeno, con un mayor componente genético y menor influencia de factores externos, se puede aparecer de manera recurrente y en algunos casos, guarda una cierta relación con las estaciones del año.
En contraposición, existe la depresión reactiva, causada por una mala adaptación a circunstancias ambientales estresantes.
La distimia, antiguamente conocida como neurosis depresiva, que se caracteriza por un cuadro depresivo de intensidad menor a los anteriores, de evolución crónica, sin periodos asintomáticos y con sentimientos de incapacidad y somatizaciones, este último tipo de depresión parece guardar una relación más estrecha con la forma de ser y con el estrés prolongado.
Por último, existe un tipo de depresión denominada enmascarada, que en vez de manifestarse con los síntomas ya referidos, aparece como molestias orgánicas somatizaciones o cambios en la conducta.