China ordena el bloqueo de 51 millones en medio del peor brote de COVID desde principios de 2020.

Toda la provincia nororiental de Jilin y las ciudades del sur de Shenzhen y Dongguan están bloqueadas.

China enfrenta su peor crisis de COVID desde principios de 2020, cuando el mundo fue testigo por primera vez de una población entera encerrada para contener el coronavirus en Wuhan y la provincia circundante.

Dos años después, ahora está encerrando a decenas de millones de personas en toda la provincia nororiental de Jilin, donde viven 24 millones de personas, y en las ciudades sureñas de Shenzhen y Dongguan, con 17,5 millones y 10 millones, respectivamente.

Toda la provincia nororiental de Jilin y las ciudades del sur de Shenzhen y Dongguan están bloqueadas.

China enfrenta su peor crisis de COVID desde principios de 2020, cuando el mundo fue testigo por primera vez de una población entera encerrada para contener el coronavirus en Wuhan y la provincia circundante.

Dos años después, ahora está encerrando a decenas de millones de personas en toda la provincia nororiental de Jilin, donde viven 24 millones de personas, y en las ciudades sureñas de Shenzhen y Dongguan, con 17,5 millones y 10 millones, respectivamente.

China, el último país importante en aplicar incansablemente una política de cero COVID, informó el lunes 1437 casos en docenas de ciudades, eso es un salto cuádruple en una semana.

Aunque el número récord de casos está poniendo a prueba la resiliencia del enfoque de tolerancia cero de China, no hay señales de que el país esté dispuesto a pasar a vivir con el virus.

El epicentro del brote de la variante omicron es la provincia nororiental de Jilin, donde se registraron 895 casos, pero también hay brotes y medidas de contención en Shanghai, la potencia financiera, y Shenzhen, el centro tecnológico del sur.

Las autoridades anunciaron el lunes por la tarde que 24 millones de personas en la provincia de Jilin entrarían en confinamiento, incluida la ciudad de Changchun, previamente cerrada, es el primer cierre provincial desde Wuhan y Hubei en enero de 2020.

El domingo, China ordenó a todos los 17,5 millones de residentes de Shenzhen un confinamiento de siete días, con tres rondas de pruebas. Todo el transporte público está parado y todos los negocios, excepto los servicios esenciales, permanecerán cerrados hasta el 20 de marzo.

Como resultado, el proveedor de Apple, Foxconn, cerró dos de sus plantas en el área y reubica la producción en otro lugar.

El bloqueo y los brotes amenazan la producción manufacturera y tecnológica en Shenzhen, conocido como el Silicon Valley de China, es el hogar de Huawei y Tencent, y alberga uno de los puertos clave del país.